LUIS MAROTO RIVERO. 07.10.2009
Él es vigilante de seguridad y me pide con insistencia que escriba algo defendiendo a los vigilantes. Yo le digo que los problemas de los vigilantes no le interesan a nadie, ni siquiera a las propias empresas de seguridad, sólo preocupadas por facturar horas al cliente. Me dice que escriba sobre lo injusto que es tildar a todo un colectivo de agresivo y violento, que eso es tomar la parte por el todo. Que él es un padre de familia que mantiene a sus dos hijas y trabaja con correción protegiendo a viajeros en un transporte público, quienes acuden a él con múltiples dificultades y problemas y los ayuda en la medida de sus posibilidades.
Me dice también que son incontables las unidades de Samur y Cruz Roja que ha solicitado para atender a heridos de diversa consideración, que son incontables las horas de servicio y fines de semana trabajados para llevar un sueldo digno a casa. Y que ni él ni la gran mayoría de sus compañeros vigilantes de seguridad se merecen el desprestigio social de su profesión, el abandono de sus propias empresas, ni las ocasionales campañas mediáticas contra ellos. "Bauti", yo sé que casi todos los vigilantes estáis en función de protección y ayuda a los ciudadanos. Ahora hace falta que alguien se lo diga a los ciudadanos para que lo sepan y se sientan bien cuando uno de seguridad esté cerca de el.