"la inseguridad de la seguridad" que afecta a este sector que, además
de su desprotección y duras condiciones de trabajo, arrastra una
injusta mala imagen pública.
Esta paradoja de la inseguridad de la seguridad resume acertadamente la situación de unos profesionales a los que la creciente inseguridad pública sitúa en las más conflictivas fronteras sociales sin dotarles de medios de defensa. Y a los que la hipocresía de aquellos cuyos bienes o seguridad protegen desprecia como seguratas. ¿Por qué lo hacen, entonces? ¿Por qué asumen esta profesión de alto riesgo, escasa retribución y poco reconocimiento? Porque son, en su inmensa mayoría, personas honradas que han escogido el trabajo, por duro que sea y poco reconocimiento que tenga, en vez de vivir a costa de sus familiares o delinquir. Sus excesos, cuando algunos los cometen, son ampliamente difundidos. Su arriesgado y duro trabajo diario, por el contrario, es poco agradecido.
Y sus muertes en acto de servicio pasan más o menos desapercibidas y son inmediatamente olvidadas, como si les fuera en el (escaso) sueldo ser golpeados hasta morir por cobardes y canallas que se aprovechan de que están desarmados.
Esta paradoja de la inseguridad de la seguridad resume acertadamente la situación de unos profesionales a los que la creciente inseguridad pública sitúa en las más conflictivas fronteras sociales sin dotarles de medios de defensa. Y a los que la hipocresía de aquellos cuyos bienes o seguridad protegen desprecia como seguratas. ¿Por qué lo hacen, entonces? ¿Por qué asumen esta profesión de alto riesgo, escasa retribución y poco reconocimiento? Porque son, en su inmensa mayoría, personas honradas que han escogido el trabajo, por duro que sea y poco reconocimiento que tenga, en vez de vivir a costa de sus familiares o delinquir. Sus excesos, cuando algunos los cometen, son ampliamente difundidos. Su arriesgado y duro trabajo diario, por el contrario, es poco agradecido.
Y sus muertes en acto de servicio pasan más o menos desapercibidas y son inmediatamente olvidadas, como si les fuera en el (escaso) sueldo ser golpeados hasta morir por cobardes y canallas que se aprovechan de que están desarmados.
"Esta Sección Sindical, agradece al Sr. Carlos Colón por escribir el "sentimiento del todo colectivo" de dolor ante la perdida brutal de un compañero."