Ante todo, el conductor de seguridad debe ser un miembro más del equipo de protección, con cualificación de escolta y especializado en conducción de seguridad. Es altamente recomendable que esté capacitado como tirador. Debe tener también conocimientos de mecánica, primeros auxilios y comunicaciones.
Es habitual observar a chóferes oficiales o chóferes de confianza que conducen los vehículos principales de los protegidos. Estos chóferes no son personal de seguridad. No hablan el lenguaje del equipo de protección y, normalmente, poseen vicios y rutinas de conducción contrarias a las necesidades de seguridad. Cuando hay dos vehículos, el de protección o escolta es normalmente conducido por un miembro del equipo de protección.