Decálogo (Diez sugerencias éticas para tiempos de crisis, escrito por Adela Cortina, Directora de la Fundación ÉTNOR):
1. Tener una idea. La empresa es más que una máquina de hacer dinero, es un proyecto que llevar adelante.
2. Organizar la marcha de la empresa desde una ética compuesta de valores, más que de reglas fijas. En sociedades abiertas como las nuestras, orientarse por valores significa tener un norte para el medio y largo plazo.
3. Saber que en la cuenta de resultados se computan no sólo los bienes tangibles, sino también los intangibles (paz social, clima de cooperación, satisfacción de necesidades sociales).
4. Elaborar un producto de calidad que satisfaga a los consumidores y puedan adquirirlo a un precio competitivo. El consumidor es, a fin de cuentas, el principal referente en la toma de decisiones.
5. Mantener en la vida cotidiana de la empresa un clima de cooperación, más que de conflicto, de corresponsabilidad, más que de subordinación, entre quienes se sientes más miembros que empleados.
6. Asegurar a los colaboradores, si no un empleo garantizado a todo riesgo, sí la voluntad expresa de mantenerlo, junto con una formación que capacite para lograr un trabajo igual o superior.
7. Garantizar a los accionistas o propietarios un beneficio económico razonable, capaz de mantener la vida
empresarial.
8. Pagar a los proveedores puntualmente.
9. Jugar limpio con los competidores, o incluso tener la inteligencia suficiente como para hacer de ellos colaboradores.
10. Asumir la responsabilidad social por un entorno, necesitado de empleo, de condiciones sociales de mayor calidad, de un medio ambiente sano.
Orientarse por sugerencias como éstas promete un “beneficio sostenible” para una empresa que se toma en serio su capacidad para generar riqueza material e inmaterial.