El gran error de eliminar al
vigilante de seguridad en los espacios públicos es que aumentan los
robos, por lo que finalmente el ahorro no existe
La seguridad es uno de los temas que
más preocupa a la sociedad en general, especialmente esta inseguridad
se refleja en lugares abiertos y edificios públicos, donde pueden
congregarse grandes grupos de gente.
Sin embargo, y debido a la crisis del
sector, la figura del profesional dedicado a la seguridad y la
vigilancia se ha visto reducida, y en muchos casos suplantada en los
últimos tiempos. Llama la atención el hecho de que los lugares
públicos que pueden presentar un mayor indice de inseguridad como son
los aparcamientos públicos o las discotecas, son los espacios que
cuentan con menor índice de seguridad, viéndose reducida en gran
medida la plantilla de trabajadores que anteriormente cubrían los tan
necesitados puestos de seguridad en estos espacios.
El principal problema que afecta a la
falta de seguridad es la crisis económica actual, la cual conlleva a la
contratación de empresas de seguridad encubiertas, para recortar
costes. Estas cuentan con un personal que está poco o nada
cualificado, que no cuenta con los correspondientes certificados y que
apenas tienen un mínimo de formación necesaria para cubrir este tipo
de puestos. Trabajan de manera esporádica ofreciendo unos servicios, a
un precio mucho más bajo que los de los vigilantes de seguridad.
El gran error que actualmente se
refleja a la hora de eliminar al vigilante de seguridad en los
espacios públicos es que de esta manera aumentan los robos, por lo que
finalmente el ahorro no existe, pues en muchos casos los costes
derivados de un robo, superan al gasto invertido en seguridad.
El problema de la reducción en
seguridad en espacios públicos se extiende incluso a lugares tan
vulnerables a robos como son las entidades bancarias, donde se ha
visto afectada la protección a los trabajadores.
Las compañías que se dedican al sector
de la seguridad comienzan a emitir sus quejas al respecto, al verse
gravemente infravalorados frente a la contratación de personal poco
cualificado. De esta forma se ve claramente comprometida la
inseguridad a la que se expone al ciudadano, aumentando el riesgo de
sufrir asaltos indeseados, además de crear un sentimiento de
inseguridad en el conjunto de la sociedad.