El sector de la seguridad privada no para de crecer en España, a pesar
de la crisis. En los dos últimos años se han dado de alta 275 nuevas
empresas y la plantilla de vigilantes ha aumentado en 6.500 empleos. La
facturación sí ha bajado: un 5,5% en el 2009 y casi un 3% en el 2010.
Hay más trabajadores, pero facturan menos horas de servicio. Si hace dos
años el negocio demandaba 20.000 nuevos vigilantes, hoy dice tener sus
necesidades cubiertas con los ya habilitados que se han reincorporado
tras probar fortuna en otros sectores, como la construcción.
Según datos adelantados a La Voz por Eduardo Cobas, secretario general de Aproser, asociación que agrupa a las 13 grandes empresas del ramo
en España y que acapara el 80% de la facturación, en la actualidad hay
89.500 vigilantes de seguridad en activo, aunque el número de
habilitados es más del doble. A esta cifra en activo hay que agregar
30.507 escoltas, 17. 876 vigilantes de explosivos, 7.160 directores de
seguridad y 2.822 jefes de seguridad. Todo ello suma 147.865 personas, que son más que las que aglutinan la Policía Nacional -64.045- y la Guardia
Civil -79.401- juntos. De las fuerzas de seguridad públicas, la mayor
plantilla la acaparan las policías locales (85.500), que ya son menos
que los vigilantes de seguridad privada.
Margen de crecimiento
No obstante, el sector en España aún tiene mucho margen para crecer
hasta equipararse al de los principales países de la UE. En la
actualidad la ratio de fuerzas de seguridad privada por habitante (uno
por 525) está entre las más bajas de Europa. Países como Polonia, con
bastante menos población que España, tienen casi el doble de vigilantes
de seguridad privada. De los seis grandes países de la UE, solo Italia
tiene menos empresas de seguridad privada y menos vigilantes que España.